La harina de garbanzos es un producto sin gluten que se obtiene al moler garbanzos secos hasta obtener un polvo fino. Es muy apreciada por sus beneficios nutricionales y su versatilidad, especialmente en la cocina vegana, vegetariana y para personas con celiaquía. Se la conoce también como besan en la cocina india.
Propiedades y beneficios
Sin gluten: Es una excelente alternativa a la harina de trigo para personas con sensibilidad al gluten o celiaquía.
Rica en nutrientes: Aporta una buena cantidad de fibra, proteínas, hidratos de carbono complejos, vitaminas (como el folato y las del grupo B), y minerales esenciales (como hierro, magnesio, calcio y zinc).
Fuente de proteína vegetal: Contiene más proteína que el huevo y que la harina de trigo refinada.
Ayuda a regular el azúcar: Gracias a su contenido de fibra y carbohidratos complejos, ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre.
Promueve la salud intestinal: Su alto contenido de fibra favorece el tránsito intestinal.
Efecto saciante: Los carbohidratos de absorción lenta que contiene ayudan a controlar el apetito y prolongan la sensación de saciedad.
Usos culinarios
La harina de garbanzos es muy versátil y puede usarse tanto en platos dulces como salados. Al no tener gluten, sus preparaciones no logran la misma elasticidad que las hechas con harina de trigo, pero funciona bien como aglutinante.
Platos salados:
Fainá: Un clásico plato similar a una pizza delgada, popular en la gastronomía italiana y del Río de la Plata.
Rebozados: Se utiliza para rebozar verduras, tofu o carne, creando una capa crujiente.
Tortilla vegana: Es un ingrediente clave para crear una versión de tortilla de patatas o revueltos sin huevo.
Falafel: Un plato tradicional de Oriente Medio, elaborado con garbanzos y especias.
Panqueques y crepes: Para preparaciones saladas como las soccas francesas.
Platos dulces:
Pan y repostería: Se puede usar para hornear pan, galletas o bizcochos sin gluten.
Gachas o pudín: Para elaborar postres con una textura cremosa.